
Francia está revirtiendo una de las medidas climáticas clave del gobierno de Macron: las zonas de bajas emisiones (ZFE). Estas áreas, donde se prohibían los autos antiguos y contaminantes, se establecieron para combatir la contaminación del aire. El parlamento francés ha decidido ahora abolir estas zonas, permitiendo que 2.7 millones de autos antiguos vuelvan a circular en las grandes ciudades.
La propuesta fue aprobada con el apoyo de una coalición inusual de parlamentarios de extrema derecha e izquierda, quienes argumentaron que estas zonas agravan la desigualdad social. Los críticos señalan que la medida afecta principalmente a personas de bajos ingresos, que no pueden permitirse autos más nuevos y menos contaminantes.
Francia cuenta actualmente con 25 zonas de bajas emisiones, incluyendo París y Lyon. Esta decisión podría aumentar la contaminación del aire y enfrentar posibles consecuencias legales por parte de la UE.